Studio Farris Architects transformó un pequeño establo en una oficina con sala de reuniones, biblioteca, mesas de despacho y una zona de descanso/lectura. En lugar de añadir una segunda planta al edificio existente, lo que cambiaría la percepción de todo el espacio, se colocó un objeto de mobiliario autónomo en el espacio, que hace referencia a la granja original y a la zona rural. Este objeto adicional, hecho de vigas de madera apiladas, transforma el espacio en una oficina muy funcional. Debido a la forma en que están apiladas las vigas, se crearon diversas zonas. En la parte superior se crearon varios espacios de trabajo, con capacidad para dos escritorios. Debajo de la plataforma de trabajo se creó una zona de reuniones, con vistas al paisaje. Las vigas apiladas se convierten en biblioteca, estanterías, almacén y rincones de descanso y lectura. Las vigas se apilaron de esta forma tan particular para poder subir las escaleras al espacio de trabajo superior y llegar fácilmente a los distintos bares de cada nivel.